Asumir la realidad

De la tarde de ayer solo esperaba dos cosas, ver a Perera tan en figura como le vi hace un par de meses en Castellón y la torería de “Alcalareño” con los palos.

Solo vi el segundo de Perera y con él debió de hacer más, quizás como también me pasa a mi perdió la ilusión de la primavera….

Gracias a Dios Alcalareño se sintió torero y puso dos magníficos pares de banderillas, especialmente el segundo en el que se notó como él mismo se gustaba ejecutando la suerte con pureza, una tarde más, ¡bravo torero!

El resto de la tarde… sosa, como suele ocurrir en la actualidad si lo que se lidian no son toros, poco podemos ver… pero la vida a veces depara sorpresas y da oportunidades cuando menos te lo esperas… salió el quinto de la tarde, ensabanao, muy bonito, para mi gusto justito para Madrid, pero bien hecho.

Se dejó con el capote, cumplió con el simulacro de tercio de varas que se le hizo, ¡que pena!, galopó en banderillas, prueba de ello los dos buenos pares de banderillas de Alcalareño y en la muleta fue bravo.

Sí, no se puede negar, fue bravo, humilló y se vino pronto a los toques, en realidad, eso es verdad, como todo lo que viene de Domecq, este además, ¡alabado sea Dios!, tenía un poquitín de genio, una pizquitina de brusquedad, ¡un poquito de casta!....

Al Cid, se le notaba que hacía un esfuerzo para sobreponerse al puntito de casta del animal, cosa que no consiguió, a todas luces el toro estuvo por encima de él, cosas que pasan. Lo que no me ha gustado ha sido leer sus posteriores declaraciones en las que se quejaba del toro. Torero, el toro era de puerta grande y se ha ido con las orejas puestas, hay que ser valiente y asumir la realidad.

Manuel Jesús, la vida a veces nos pone delante un “novillo” para triunfar, nos da oportunidades, pero nosotros tenemos que dar la cara con ellas, entender al “animal”, darle su espacio cuando hay que dárselo, ceñirse con él cuando hay que ceñirse, conocerlo, amarlo y respetarlo… si no, como ayer las oportunidades se pierden… y nosotros somos los únicos responsables….

El ganadero se ha crecido elogiando ese toro. Y en algo tenía razón, el toro bueno es "difícil" de torear. ¡Pero ojo señor! que ese toro, objetivamente fue algo normal, si bien es cierto que para el nivel actual era casi un milagro, la realidad es que fue normalito, y los otros cinco… ¡unos borregos!, que este asuma también su realidad.

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